Generalmente mis peludos se esconden cuando recibimos gente en casa,o espian sin acercarse. Pero sistematicamente aparecen cuando llegan dos amigos que no los quieren ver ni en fotos. Y se muestran tan cariñosos,tan confiados,tan densos con ellos.No hay forma de sacarlos del medio,a menos que se los encierre.Pero quien se banca esos maullidos lastimeros?
Tenemos una gatita llamada Anastasia (de cariño, Anita). Ella es la compañera de mi mamá en su oficina y tal pareciera que es la recepcionista. Siempre que llega alguien a la oficina, es la primera en subirse al mostrador y darle la bienvenida al cliente (exigiendo desde luego un poco de cariño a cambio). Lo gracioso es que, como dicen, es excelente para saber quienes son alérgicos y/o tienen miedo a ella. El trato para ellos es especial. Se espera a que se acerquen al mostrador, sigilosamente los espía desde abajo (donde no la pueden ver) y de repente salta escandalosa encima, haciéndolos brincar o hasta gritar. Una regañada de parte mi mamá es lo que recibe Anita. Una disculpa también recibe el cliente. Pero supongo que ya todos están acostumbrados a nuestra peculiar recepcionist.
jajajajajaja,como me he reido!!!!
ResponderEliminarGeneralmente mis peludos se esconden cuando recibimos gente en casa,o espian sin acercarse.
Pero sistematicamente aparecen cuando llegan dos amigos que no los quieren ver ni en fotos.
Y se muestran tan cariñosos,tan confiados,tan densos con ellos.No hay forma de sacarlos del medio,a menos que se los encierre.Pero quien se banca esos maullidos lastimeros?
Tenemos una gatita llamada Anastasia (de cariño, Anita). Ella es la compañera de mi mamá en su oficina y tal pareciera que es la recepcionista. Siempre que llega alguien a la oficina, es la primera en subirse al mostrador y darle la bienvenida al cliente (exigiendo desde luego un poco de cariño a cambio).
ResponderEliminarLo gracioso es que, como dicen, es excelente para saber quienes son alérgicos y/o tienen miedo a ella. El trato para ellos es especial. Se espera a que se acerquen al mostrador, sigilosamente los espía desde abajo (donde no la pueden ver) y de repente salta escandalosa encima, haciéndolos brincar o hasta gritar. Una regañada de parte mi mamá es lo que recibe Anita. Una disculpa también recibe el cliente. Pero supongo que ya todos están acostumbrados a nuestra peculiar recepcionist.