domingo, 26 de febrero de 2012

GUIA GATUNA 43

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12 comentarios:

  1. los míos no se dejarían ni locos, jajjajajaa

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  2. Los míos ya hace años que bufan cuando ven niños entrar por la puerta de casa!!!!! xD

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  3. Sí, yo también confieso que mis hermanos y yo, de pequeños, les dábamos mucho la murga a los gatos de mi abuela. Muchos años más tarde, he tenido una gatita gris que, al ver llegar a mis sobrinos, se subió pitando al tejado.

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  4. Jajajaaaaa, las mías ni locas se dejan. Salen corre que te corre a esconderse, pero una cosa curiosa: no se dejan por los niños, pero si yo se lo hago no tienen ningún problema.... No son listos!

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  5. Una de las mías se deja hacer de todo, tanto por mi hija como conmigo. La otra le soltó a la niña un bofetón sin uñas, dejándole cuatro cosas muy claras.

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    Respuestas
    1. En mi tierra COlombia se dice "Le dijo cuantos pares son tres moscas" jajaja que tal que hablaran???

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  6. Jajajaaa!!!! Eso le hacia yo a mi perra (mi madre no queria ni oir hablar de gatos cuando yo era chica!!) Mis michis, en cambio, me avisan a los gritos cuando los agarra mi nena, que todavia es chica para esas afrentas...
    Mortal la cara del dibujo!!!
    Pd: Perdon por la actitud en el dibujo de la perrita, no me di cuenta que estaba siendo un poco agresiva.

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  7. Nuestro Légolas es un gato de armas tomar, pero con los niños es la dulzura person... digo, gatonificada. Todos los niños de la urbanización están loquitos por él, se deja hacer de todo. Y cuando se harta, simplemente se va. Con los adultos, si se harta, primero avisa y luego echa la pata o el bocado, suave al principio, pero si sigues, entonces puede hacerte mucho daño. Con los niños nunca.

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  8. ¡Ya tengo la Guía Gatuna en casa! Lo que me he podido reir :D

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  9. Intercel: Igual eres el comprador #1
    Me alegra que te haya gustado :)

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  10. Cuando nació mi hija, mi primer siamés ya llevaba unos años en casa. En contra de las historietas que cuentan de los gatos celosos, le encantó el nuevo miembro de la familia y literalmente LA ADORABA. No se apartaba de su puerta ni un solo momento, no se perdía una toma o cambio de pañal y la niña aprendió a andar con una manita apoyada en su lomo y mira que misino aguantó de todo con la criatura: le vomitó encima (y como solo saben vomitar los niños: a chorro y con impacto directo), el pobre gato tenía siempre la cabeza y las orejas llenas de babas, tirones hasta de los bigotes...pero ni un mal bufido y ni una huida...siempre a su lado y siempre ronroneando, jamás nadie encontró una niñera más barata.

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